Tratamiento con Factores de crecimiento plaquetarios y células madre

Tratamiento con Factores de crecimiento plaquetarios y células madre en patología tendinosa y osteoarticular

 

1 – Tratamiento de Plasma Rico en plaquetas y Ozono

2 – La Artrosis y el Plasma Rico en Factores de Crecimiento (PRGF)

3 – Factores de crecimiento

4 – Tratamiento con Células madre

 

1 – Tratamiento de Plasma Rico en plaquetas y Ozono

 
Nos referimos al Plasma Rico en Factores de Crecimiento como un producto que induce la liberación de factores de crecimiento plaquetarios con propiedades biológicas que favorecen la regeneración de los tejidos, entre otras propiedades. Los factores de crecimiento son un conjunto de sustancias proteicas que, junto con las hormonas y los neurotransmisores desempeñan una importante función en la comunicación entre las células. La función principal de los factores de crecimiento es la de controlar externamente el ciclo celular.

Procedimiento y Usos del Plasma Rico en Factores de Crecimiento: Se preparan los componentes del plasma, separándolos en: Plasma Rico en Plaquetas (PRP) y en Plasma Pobre en Plaquetas (PPP). Se utiliza el primero como concentrado de plaquetas liberando los factores de crecimiento. Este procedimiento permite obtener un gel de proteínas rico en plaquetas, que se ozoniza y luego se deposita o se inyecta en el lugar afectado. Es un producto autólogo, obtenido del propio paciente. Sin riesgo de transmisión de infecciones o reacciones alérgicas, asegurando la máxima inocuidad.

Hay 2 grupos importantes Candidatos a este tipo de tratamiento: los mas jóvenes por ejemplo, deportistas (con condropatias), 87% de los casos reanudan sus actividades deportivas; y pacientes mayores con diagnostico de artrosis de rodilla, con resultados de 82 % de volver a sus actividades evitando por un tiempo la cirugía.

 

2 – La Artrosis y el Plasma Rico en Factores de Crecimiento (PRGF)

 

Las articulaciones son los componentes del esqueleto que nos permiten el movimiento y, por tanto, ser autónomos funcionalmente y relacionarnos con los demás. Están formadas por la unión de dos huesos a través de la cápsula articular. En el interior de las mismas existe, generalmente, un fluido llamado líquido sinovial que es producido por la membrana sinovial. Los extremos óseos que se unen para formar la articulación están recubiertos por el cartílago articular.

La artrosis es una enfermedad que lesiona el cartílago articular y origina dolor, rigidez e incapacidad funcional.

Los objetivos que se persogué, a la luz de la disponibilidad de medios que nos proporciona la ciencia médica actual, son el alivio de su dolor articular y el mantenimiento de su capacidad funcional. Para ello, se dispone de diversas alternativas, que incluyen los tratamientos físicos, los medicamentos y, a veces, la cirugía.

Desde no hace mucho tiempo disponemos de una nueva propuesta terapéutica basada en la utilización del Plasma Rico en Factores de Crecimiento que podría interrumpir o retrasar el avance de la artrosis.

El PRGF imita y optimiza los mecanismos fisiológicos de reparación que se ponen en marcha espontáneamente en todos los tejidos tras una lesión, ya sea causada por un traumatismo, un tratamiento quirúrgico o una enfermedad. Se ha observado que a los cinco días de la aplicación del Plasma Rico en Factores de Crecimiento (PRFC), dependiendo del tejido, hay hasta 40 veces más células trabajando en la zona tratada (reconstruyéndola, cicatrizándola, regenerándola y, en definitiva, curándola) que si se hubiera seguido el protocolo convencional.

Beneficios

Los estudios realizados demuestran que es eficaz en las distintas fases o grados de la enfermedad, lo que permite aspirar a retrasar el tratamiento definitivo de las artrosis graves es decir la sustitución quirúrgica de la articulación por una prótesis.

En pacientes menos graves se obtienen, asimismo, resultados alentadores debidos al efecto protector del cartílago y restaurador del equilibrio fisiológico que aporta esta nueva terapia. Las investigaciones indican que se podría interrumpir o al menos retrasar el avance de la enfermedad.

El 78% de los pacientes que reciben el tratamiento experimentan una disminución significativa del dolor y una recuperación significativa de la capacidad de movimiento. Asimismo la rigidez de la rodilla disminuye en el 41% de los pacientes tratados. Con la mejoría en la calidad de vida del paciente que eso supone.

El sexo y la edad de los pacientes no influyen en la respuesta a esta terapia pero si interviene el grado de artrosis. La mejoría clínica más importante se da en aquellos pacientes cuyo proceso artrósico está menos evolucionado en el momento de recibir el tratamiento.

La infiltración del concentrado plaquetario (plasma rico en plaquetas) reemplaza el líquido sinovial patológico en situaciones de derrame, inflamación y dolor articular. Asimismo actúa sobre las células de la membrana sinovial y los sinoviocitos (responsables de la producción del líquido sinovial que baña por completo la articulación) estimulando la producción de ácido hialurónico y otras moléculas bioactivas. El resultado es que mejora la calidad del líquido sinovial, actúa como anti inflamatorio y disminuye el dolor.

No produce problemas de rechazo o alergia, ni presenta efectos secundarios adversos y se puede aplicar sin problema las veces que sea necesario.

Técnica

El Plasma Rico en Factores de Crecimiento se obtiene de la propia sangre del paciente, sin agentes externos de ningún tipo. A través de una extracción de sangre idéntica a la que se realiza para cualquier analítica convencional.
En esta técnica se realizan, generalmente, dos infiltraciones con intervalos de una semanas entre cada una de ellas y durante todo el procedimiento se siguen condiciones rigurosas de esterilidad llevadas a cabo por personal cualificado. El resultado es un tratamiento bioseguro y 100% autólogo, es decir, el sujeto es a la vez donante y receptor.

 

3 – Factores de crecimiento

 

Los factores de crecimiento, son moléculas que se liberan de las plaquetas, las plaquetas son células sin núcleo que se encuentran en el plasma, que viajan en cantidades muy significativas en la sangre alrededor de 250 mil x mm3 hasta 300 mil, éstas una vez que cumplen su trabajo de taponamiento empiezan a liberar factores dentro de las mismas llamadas factores de crecimiento que se encargan de llevar a cabo el proceso de cicatrización y respuesta inmune de forma inmediata, esto es que no solo controlan el sangrado, sino que además controlan el proceso de cicatrización y remodelación del tejido dañado, son fácilmente manipulables y de un proceso de obtención sencillo y de mínimos procesos de laboratorio.
El uso de factores de crecimiento antólogo se han desarrollado como respuesta a tratamientos de lesiones de difícil control en ortopedia como artrosis degenerativa grado I, II, incluso casos severos que no son candidatos a prótesis total ya sea en cadera o en rodilla, en casos de hernias discales, y dolor crónico.

Este tipo de terapia es bien complementada con ozono a nivel articular es capaz de controlar el dolor e iniciar un proceso regenerativo superior a cualquier tratamiento natural conocido hoy en día.

 

4 – Tratamiento con Células madre

 

Las células madre son aquellas células dotadas simultáneamente de la capacidad de autorrenovación (es decir, producir más células madre) y de originar células hijas comprometidas en determinadas rutas de desarrollo, que se convertirán finalmente por diferenciación en tipos celulares especializados.

En el contexto de la actual investigación, se pretende obtener células madre que se mantengan como tales en cultivo en el laboratorio, y que bajo determinados estímulos puedan conducir a poblaciones de células diferenciadas.

El zigoto (óvulo fertilizado) es una célula totipotente, capaz de dar origen a todo el organismo. Durante las primeras divisiones el embrión es una esfera compacta (mórula), en la que todas las células son totipotentes, y de hecho esto se refleja de modo natural en los gemelos monozigóticos. A los pocos días comienza una primera especialización, de modo que se produce un blastocisto, con una capa superficial que dará origen al trofoblasto, del que deriva la placenta, y una cavidad casi “hueca” (rellena de fluido) en la que está la masa celular interna (m.c.i.).

Las células de esta m.c.i. son pluritotentes, porque aunque por sí solas no pueden dar origen al feto completo (necesitan el trofoblasto), son el origen de todos los tejidos y tipos celulares del adulto.

Actualmente es posible separar blastómeros de m.c.i. del blastocisto, y cultivarlos de modo que las células resultantes (células madre o troncales, stem cells) presentan dos notables propiedades: pluripotencia y capacidad de contribuir a la línea germinal:

Pluripotencia: Las células madre pueden diferenciarse in vivo e in vitro en una gran diversidad de tipos celulares.

  • In vivo dicha multipotencia se manifiesta cuando al incorporar células madre en blastocistos pueden dar origen a cualquier tejido u órgano,
  • In vitro pueden contribuir igualmente, con las señales adecuadas, a diferentes líneas celulares de las tres capas embrionarias (ecto-, meso- y endodermo). Este es el campo donde más se está investigando actualmente, por su relevancia para la clonación terapéutica, como veremos.

 
Otras células madre:

  • Células madre germinales (EG): se aislan de fetos, a partir de la cresta germinal, donde se está produciendo la diferenciación de la línea germinal.
  • Células madre de adulto (AS): El caso paradigmático es la célula madre hematopoyética (HSC), que genera todos los tipos de células sanguíneas y del sistema inmunitario, y que reside en la médula ósea (aunque en la fase fetal se encuentra en hígago y bazo).

 
Las posibles aplicaciones de estas células madre embrionarias son:

  • Estudios básicos
  • Diseño de nuevos medicamentos
  • El uso que más ha llamado la atención sería el empleo de las células madre o sus derivados para terapias celulares o incluso reparación de tejidos dañados.

 
En humanos se conoce desde hace años, al igual que en ratones, la célula madre hematopoyética de adultos, que reside en la médula ósea y que da origen a toda las líneas de células sanguíneas e inmunes. Aunque se conocen desde hace tiempo células madre en tejidos que, como la sangre o la epidermis, presentan gran tasa de proliferación, solo recientemente se han descubierto células madre en órganos que normalmente tienen una baja tasa de renovación, como es el caso del cerebro.

Así pues, la novedad ha consistido en reconocer la existencia de células madre pluripotentes en otros tejidos y órganos, y aún más interesante, que algunas de ellas presentan la suficiente flexibilidad como para generar células especializadas de otros linajes.

Las células madre mesenquimales (MSC) humanas están presentes en el estroma de la médula ósea, constituyendo una población totalmente diferente de las células madre hematopoyéticas, y su papel es contribuir a la regeneración de los tejidos mesenquimáticos (hueso, cartílago, músculo, ligamento, tendón, tejido adiposo y estroma). Se han aislado y cultivado MSC humanas, y lo que es mejor, se ha logrado su diferenciación controlada hasta células con rasgos típicos de osteocitos, condrocitos o adipocitos, respectivamente.
 

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